Camuflajes

La página de recepción -home- de la web de Desiree Palmen contiene una única imagen: una fotografia en la que una figura de espaldas, vestida con sudadera de color verde oliva y pantalones de camuflaje militar, calzada con botas y tocada con un pañuelo palestino (con las piernas extrañamente dobladas, en una postura más propia de un muñeco de trapo que de un ser humano, pero, en todo caso, desfalleciente), está siendo abrazada (¿o sujetada?) por una mujer, cubierta con un chador, que lanza una mirada furtiva a la cámera. Varios de estos ingredientes están presentes en el proyecto de Palmen en esta exposición: Old City Suit, Jerusalén, 2006, que forma parte de una serie emprendida en 2002: Surveillance Camera Project.

Desde 1999, la fotógrafa ha centrada su trabajo en el camuflaje. De esa fecha son algunes fotográfias en las que figuras ataviadas con libreras camaleónicas se mimetizan a la perfección con sus respectivos entornos; espacios domésticos o públicos, en su mayoria. En una serie posterior, Daily Uniform, consistente en intervenciones pictóricas en fotografias de periódicos, Palmen, utilizó pintura acrílica para sustituir las ropas de todos los personajes que aparecían en fotografías de periódico por uniformes de camouflajes. A la estrategia de la invisibilidad usada con anterioridad, se unía ahora la táctica de la «decepción» militar.

Pasar desapercibido se ha convertido en una utopía en un muno en el que dejamos demasiadas huellas de nuestros itinerarios por la realidad y el deseo. Palmen calibra la posibilidad de escamotear nuestra presencia de la vigilancia a la que la somete el creciente uso de videocámeras y de sistemas de información electrónica de detección de la identidad. Ésta constituye la preoccupación central de su discurso artistico, como asegura Arno van Roosmalen, quien subraya también el trabajo del diseño de la ropa que entrañan sus tragajos fotográficos, vídeo y acciones site-specific. El resultado final ha de constituir un desafío para el ojo humano, incapaz de establecer distincíon alguna entre figura y fondo. Fue precisamente el conocimiento de la técnica para lograr este isomorfismo lo que el cubismo le prestó a los militares en el curso de la Primera Guerra Mundial.

Las implicaciones sociales y políticas de este trabajo se han hecho aún más evidentes en años recientes, cuando Palmen traslada sus camuflajes a los callejones sometidos a videovigilancia de una ciudad come Jerusalén. Ante ellos cabe siempre la duda sobre si esta sorprendente mimetización, de marcado acento irónico, es una forma de subversión contre un sistema con sesgos orwellianos, o bien la historia de una resignación, esto es, el retrato de una forma de atadura al medio debida a que adaptarse sea ya la única forma de no perecer.

Con este tipo de camuflaje crítico, Desiree Palmen conecta con otros artistas que utilizan el espacio público y el entorno urbano come paisajes privilegiados de sus camuflajes. Lo que afirmaba Chantal Prod'hom en el catálogo de la exposición Cacha-cache camouflage de 2002: «pas de camouflage sans surveillance et pas de camouflage sans ménace» podría ser la conigna de su obra. Amenaza y vigilancia, esa pareja tan foucaultiana, da pruebas de ser una de las mayores instigadoras al escondite.

Maite Méndez Baiges Camouflajes La Casa Encendida Madrid 2009 p. 96/97

Back